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29 junio, 2022

¿Hemos mirado por la mirilla antes de dejar entrar la tecnología?

¿Cuántas veces hemos dicho que nuestro hogar es ese lugar seguro, privado, íntimo, estable, que nos permite desarrollarnos con normalidad y nos da las herramientas para salir a vivir en sociedad? Miles de veces.

Por mucho que evolucione la sociedad, por mucho que se produzcan cambios, por mucha tecnología que irrumpa y se desarrolle a una velocidad vertiginosa, nada va a cambiar la razón de ser del hogar. Por eso debemos estar atentos a todo lo que pueda poner en peligro este valor y rol.

La semana pasada HRF participó en una reunión con la asociación española The Family Watch. Nos invitaron a hablar sobre estos temas y una de las conclusiones a las que llegamos y que todos hemos vivido es que el impacto de las tecnologías en el hogar es tanto positivo como negativo. Es innegable que está trayendo beneficios y ahorrándonos tiempo, y ser capaz de reconocer esto y aprovecharlo es importante. Pero también debemos ser conscientes de los problemas que nos está causando en términos de privacidad, inestabilidad, aislamiento, comunicación y relaciones entre los miembros de la familia.

Los participantes en la sesión me pidieron fórmulas, alternativas, recetas para lograr que la integración, la incorporación de tecnología sea la adecuada. Y, aun a riesgo de decepcionar a la audiencia, solo puedo ser honesto y responder que no hay recetas mágicas, sino que cada hogar tiene que desarrollar un enfoque que funcione para sus circunstancias. La respuesta a la tecnología nunca será sencilla porque nos enfrentamos a una realidad compleja, tal y como explican en nuestro informe Mei Ling Fung y Patrick Scannell.

Hay, sin embargo, recomendaciones que podemos intentar aplicar y que requieren un esfuerzo por nuestra parte, como son la educación y la prudencia. ¿Hemos mirado por la mirilla antes de abrir la puerta de nuestra casa y dejar entrar a alguien que es amable y benéfico pero que también es un extraño? ¿Hemos tenido en cuenta que la tecnología parece inocua pero una vez dentro podemos perder el control de su impacto? ¿Hemos leído la letra pequeña o los efectos secundarios y todavía queremos seguir adelante? ¿Somos conscientes de que la inteligencia artificial ya está entre nosotros y está cambiando la forma en que nos comunicamos, la forma en que trabajamos, la forma en que nos relacionamos?

Los cambios no tienen por qué ser malos, simplemente tenemos que ser conscientes de ellos y ser nosotros quienes decidamos en qué dirección y de qué manera queremos que estos cambios influyan en nuestra vida y en nuestro hogar. Seamos nosotros quienes tomemos las riendas ahora porque solo nosotros debemos tomar las decisiones cuando nuestros hogares están en juego.

Contenido original de: Home Renaissance Fundation